- No te obsesiones con ser feliz. La tristeza y la felicidad son estados cíclicos naturales, ya que dependen de los acontecimientos, y no debemos tratar de retenerlos. Ten un proyecto de vida coherente y realista y estarás en la rampa de salida hacia la felicidad.
- Concédete el perdón. Cuando creas que has hecho algo mal y has dañado a alguien, aplícate la importancia de perdonarte a ti mismo, además de perdonar a los demás, y aplica los cambios necesarios para que no vuelva a suceder.
- Desactiva la depresión. Existen dos clases: la endógena, producida por un desorden químico, y la exógena, producida por un trauma. En el primer caso puede solucionarse con pastillas; en el segundo, es necesario afrontar el problema con terapia psicológica.
- Aprende del fracaso y de las crisis. Cuando hemos conseguido avanzar, no recordamos el camino ni los momentos de crisis, pero son precisamente esos momentos los que nos ayudan a encontrarnos donde estamos, así como a conocer nuestros puntos fuertes y débiles. El fracaso enseña lo que el éxito oculta.
- La felicidad depende de los ojos con que miremos el mundo. No importa tanto lo que ocurra como nuestra interpretación de lo que sucede. Una actitud positiva y relativizadora impedirá que nos ahoguemos en un vaso de agua. La felicidad no depende de la realidad, sino de la interpretación que uno hace de la realidad.
- Apuesta por el optimismo. Un optimista tiene mas probabilidades de éxito que un pesimista no porque se cree a si mismo problemas, sino porque ve soluciones donde el otro solo encuentra obstáculos.
- Levántate después de caer. La resiliencia es la capacidad de sacar fuerzas e inspiración de nuestras experiencias negativas. No dejarse condicionar por un pasado traumático nos permite convertirlo en enseñanzas vitales que nos ayuden a ser mejores. Aprende a luchar en lo concreto.
- Rodéate de un buen círculo afectivo. Las personas que te quieren y te apoyan, como amigos y familiares, son tu mejor baza a la hora de superar las adversidades y aclarar las ideas de cara al futuro inmediato.
Extraído del libro " no te rindas de " Enrique Rojas"
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