¿Quién nos lo iba a decir? Hace unas semanas seguíamos nuestra rutina como si nada, con nuestras manías, nuestras ideas, las costumbres diarias, nuestra vida social, el trabajo…
Y todo de forma automática. Dábamos todo por hecho, si hoy tengo esto....mañana también va a estar todo igual.
Y llega un momento en el que la vida lo para todo de repente, te asustas, te sorprendes, te sobresaltas… y entonces llega la angustia, la desesperanza, la ansiedad, la depresión. ¿Por qué tiene que pasar esto?. ¿Es un sueño o está pasando de verdad?
Hay cambios tan drásticos que a veces nuestro a cerebro no le da tiempo a sobrellevarlo, a digerirlo… y se colapsa.
Y algo que tienes que aprender es que cuando la vida nos trae un cambio, es porque tenemos que pararnos a reflexionar.
Pues bien, estamos pasando mundialmente por un gran cambio, algo que nos sobrecoge, nos sorprende y hace que de repente nuestra vida cambie y dé un giro de 365 grados.
¿Quién nos iba a decir hace apenas unos días que hoy nos íbamos a encontrar millones de personas encerradas en nuestras casas por el bien de todos?
Que no íbamos a poder salir a la calle, que no íbamos a poder dar abrazos, besos, ni contacto con nadie, que por un tiempo se acabaron las zonas de ocio, las reuniones con los que queremos, los paseos por la playa, por el monte, viajar, conocer nueva gente, nuevos sitios… por unas semanas todo eso se acabó.
Es curioso como ahora que nos lo tienen prohibido nuestra mente empieza a darse cuenta de lo importante que era eso que hacíamos a diario, la importancia que tienen esas pequeñas cosas a las que de normal no le damos importancia.
¿ Ahora que la vida nos ha paralizado qué es lo que más añoramos aquello material o lo emocional?
Creo que la mayoría de nosotros se conformaría simplemente por dar un paseo por la calle, ver el sol, bailar bajo la lluvia o simplemente besar y abrazar a todos aquellos que queremos.
Por ello, no es momento para el pánico sino para la reflexión, que nos sirva para cambiar, para valorar lo que tenemos y que no solemos darle importancia, para empezar a agradecer las pequeñas cosas que la vida nos suele dar, es momento de despertar y de dejar de vivir de modo automático como si fuéramos robots programados solo para hacer siempre lo mismo.
Aprovecha este momento para meditar sobre lo que de verdad importa en esta vida, para darte cuenta de que la vida nos pide siempre que todos seamos uno, que el egoísmo destruye pero la empatía, la generosidad y la unión son los valores que nos hacen grandes e indestructibles ya que cuando hay algún verdadero problema lo solucionamos uniéndonos, pensando que nadie es más que nadie, que el dinero no te hace eterno y que para lo que de verdad importa... no sirve de mucho.
No te dejes llevar por el miedo y la desesperación, cambia de pensamiento, tómatelo como un tiempo para aprender y valorar lo que de verdad importa. Si no puedes salir de casa empieza a darte cuenta de cuáles son tus sueños, de qué es lo que te hace feliz. Lee, busca documentales constructivos, aprende a hacer cosas que antes no sabías, disfruta cocinando, pintando, aprendiendo a tocar un instrumento….
Si estás enfocado en el por qué de la situación, en la necesidad de saber cuándo acabará, en lamentarte y quejarte todo se hará más duro, por eso simplemente cambia tu manera de ver las cosas, siempre hay un lado positivo que cuando lo ves cobra más fuerza que el negativo.
Y por favor, empieza a quererte más, aprovecha para sanar tu interior, no guardes rencores, solo te impiden ver las cosas buenas que siguen sucediendo en tu vida, aprende de los errores para no volver a cometerlos, empieza a hablarte de otra manera más respetuosa y con amor, pues solo cuando uno se ama de verdad es capaz de ver el amor que hay en los demás, cuando estás enfocado en lo negativo por mucho que brille el sol solo verás nubes negras.
No te rindas, recuerda que estamos juntos en esto, que la unión hace la fuerza y que todos tenemos que poner de nuestra parte.
Que todo esto sirva para hacernos más fuertes y hacer del mundo un sitio mejor.
Hacía mucho tiempo que no veía un arcoíris y la casualidad que justo después de un tiempo sin escribir y en un momento extraño para todos... el cielo nos muestra que el mundo es mágico y que también suceden cosas maravillosas.
Escrito por la Psicóloga Raquel Alarcón Molina. ( Centro de psicología en Avda. General Gutiérrez Mellado, 9, 1ª planta. Edificio Centrofama, Murcia).
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